En la mayoría de las interpretaciones de este Niyama, se nos aconseja ‘entregarnos’ a esta Conciencia o Ser Superior, lo que en esencia significa cultivar una relación profunda y de confianza con el Universo y hacer de cada acción una ofrenda a algo más grande que nosotros mismos. Significa adoración de Îshvara (el Señor) con una actitud de entrega, de abandono en Él a través del ritual.